Para llegar al banquillo de la Selección Argentina, emprendió hace 15 años un éxodo lejos de su tierra natal que lo llevó en primer lugar a Perú, donde comenzó a forjar desde lo más bajo, y sin apenas recursos, una exitosa carrera con tenacidad, constancia y mucha dedicación.

Obsesionado las 24 horas con el fútbol, fanático de Marcelo Bielsa, compulsivo lector de libros de estrategia y meticuloso es como describen en Perú a Jorge Sampaoli, que este viernes debutará como seleccionador de la Albiceleste en un amistoso con Brasil en Australia.

Ese escenario de ensueño para su estreno era remoto, casi utópico, cuando en 2002 llegó a Perú como un desconocido, gracias a un encuentro “netamente casual” en un restaurante de su natal Casilda con el entonces dirigente del Sport Boys del Callao, Dante Mandriotti, ahora presidente de la Academia Cantolao.

“Me dijo que quería conocer el fútbol de otro país, así que lo invité a venir a Perú”, recordó Mandriotti a Efe.

A las pocas semanas, ya estaba en Lima, donde presenció los entrenamientos de varios clubes y luego le manifestó a su anfitrión su intención de dirigir en el país, deseo que le fue concedido en el banquillo del Juan Aurich.

Su primera experiencia salió mal, con solo un triunfo en ocho partidos, y se tuvo que volver a Argentina, pero pocos meses después Mandriotti le dio una segunda oportunidad en el Sport Boys, el cuarto equipo con más seguidores de Perú.

Esta vez Jorge Sampaoli, que en Perú se había ganado el apelativo de ‘El hombrecito’ por su baja talla, no falló y al año siguiente terminó cuarto en la liga peruana.

“Era muy ilustrado. Permanentemente estaba leyendo. Se levantaba muy temprano para ser el primero en llegar y era el último en irse. Era un trabajador riguroso, muy disciplinado. Todo quería se cumpliera a cabalidad. Ponía esmero y tenacidad para hacer las cosas bien”, agregó Mandriotti.

Tan fuerte fue la impronta de Jorge Sampaoli en el Callao que existe la leyenda de que al llegar al equipo chalaco durmió durante una semana en una estación de bomberos a pocos metros de la sede del club, porque supuestamente no podía permitirse un hospedaje.

El comandante de la compañía de bomberos voluntarios Salvadora Callao N° 9, Iván Paredes, aseguró a Efe que Jorge Sampaoli durmió en su estación durante una semana, por solidaridad, ya que varios bomberos eran socios del Sport Boys.

Sin embargo, Mandriotti afirmó que eso “jamás” ocurrió, porque “desde que llegó tuvo todas las comodidades y una vivienda en el distrito de La Punta”, curiosamente al costado de otra compañía de bomberos, la 34, cuyo brigadier Alfredo Márquez recordó a Efe que siempre les preguntaba los pormenores de las emergencias.

La vivienda y la estación se encuentran en la plaza mayor de La Punta, en cuyo parque Jorge Sampaoli jugaba a fútbol con los jóvenes del barrio y paseaba en las húmedas noches, según contó Márquez.

Tras dejar el Sport Boys, Jorge Sampaoli llegó en el 2004 al Coronel Bolognesi, donde entrenó al volante Johan Vásquez, actual presidente del Sport Boys, para quien lo mejor del argentino es “la fortaleza que transmite, intenta hacerte sentir ganador y distinto”.

“En ese tiempo creo que ya visualizaba estar donde está ahora. Estaba convencido de lograrlo”, indicó Vásquez a Efe.

Destacó que Jorge Sampaoli “tiene un buen manejo de grupo” y recordó que “leía mucho”, hasta “unas 200 veces el libro de Bielsa, además de ‘El arte de la guerra’, de Sun Tzu, y todo lo que tenía que ver con estrategia”.

“Trataba de recibir la mayor cantidad de información para aprender algo. Todos los días estaba en constante búsqueda de cosas que le sumen. Estaba metido en todos los detalles”, rememoró.

Vásquez también contó que “los entrenamientos eran al límite, muy intensos, porque para Jorge Sampaoli la parte física era vital, con mucha carga de resistencia y competencia interna”.

Esa misma exigencia fue lo que le impidió al argentino triunfar en 2007 en el Sporting Cristal, donde se encontró un equipo con muchos veteranos que no se adaptaron a sus métodos.

Sin embargo, logró depurar su forma de trabajo al abandonar Perú, un país al que siempre recuerda con cariño, y obtener mayores éxitos en su carrera por Chile, Ecuador y España, con la Copa América de 2015 como su consagración en la élite del fútbol.

EFE

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