El equipo holandés recuperó la energía que caracteriza su fútbol frente un rival menor, centrado en resguardar su meta. Ni siquiera intentó salidas a la contra. Solo procuró frenar el vendaval local.

Letonia, que se plantó en Amsterdam con solo dos empates en tres encuentros (ante los kazajos y Turquía), nunca pudo ni con Arjen Robben ni, sobre todo, con Wesley Sneijder, que campó a sus anchas durante el encuentro.

A los seis minutos, Holanda ya tenía el partido de cara. Un centro por la derecha de Arjen Robben fue rematado de cabeza por Robin Van Persie. Aleksandrs Kolinko no pudo llegar.

Guus Hiddink dio minutos a Memphis Depay, una de las sensaciones del fútbol actual holandés. El atacante del PSV Eindhoven ocupó el lugar de Afellay. Tuvo tiempo de poner en jaque a la zaga letona. Como en la acción que terminó en el córner que supuso el cuarto gol local.

Memphis sorteó a varios defensas y se plantó ante Kolinko, que desvió a saque de esquina. Sneijder ejecutó el lanzamiento, Van Persie peinó en el primer palo y el central Jeffrey Bruma acertó a introducir el balón en la red.

Letonia ya había bajado definitivamente los brazos cuando otra jugada personal de Robben supuso el quinto gol en pleno festival del equipo local, que logró el sexto con un disparo desde la media luna de Huntelaar.