El plantel de jugadores del Zaragoza trabajaba tranquilamente en su sede deportiva, pensando en el camino de vuelta a la máxima división del fútbol español, hasta que hinchas radicales irrumpieron.

El incidente comenzó cuando un grupo de radicales comenzaron a increpar al futbolista Apoño al comienzo de la sesión de entrenamientos. Este se encaró con ellos y el técnico del Zaragoza, medió para pacificar y trasladó el calentamiento a otra zona del campo.

Sin embargo, en la grada se encontraba un familiar de Apoño, que comenzó a ser agredido por los hinchas. En su auxilio acudió el futbolista y otros compañeros de equipo. Tras varios manotazos, el consejero Cuartero y el secretario técnico Moisés, ambos exjugadores del club, consiguieron detener la pelea. El DT Paco Herrera suspendió el entrenamiento.