El momento en el Real Madrid no es el mejor. Su arranque en la Liga española no ha sido el mejor y ahora se alistan para debutar en la Champions League ante el Basilea.

El reflejo del mal rato madridista ocurrió en el momento de la llegada de Gareth Bale a los entrenamientos. Como es habitual, docenas de hinchas esperaban a sus jugadores para tomarse una fotografía o lograr una firma.

Así fue como ocurrió la patada al auto de Gareth Bale. El galés llegaba en su lujoso automóvil, saludó a los fanáticos, pero no detuvo su auto. El primer grupo de hinchas lo aceptó, pero el segundo no. Dos de ellos lanzaron patadas al bólido, visiblemente molestos.

Bale no se molestó en detenerse y siguió su camino. Real Madrid debe lograr una victoria convincente este martes ante el Basilea para espantar los fantasmas.