Patricia Moreira, la aficionada del Gremio que llamó “macaco” (mono en español) al portero titular del Santos, Aranha, durante un partido de la Copa de Brasil el pasado jueves, ha visto las terribles consecuencias de su equivocada acción.

No solo ha perdido su trabajo, del cual fue despedida por la difusión de las imágenes donde sale insultando al portero rival, sino que ha recibido amenazas de todo tipo a través de sus cuentas en las redes sociales, las que ha tenido que cerrar.

Sin embargo, el abogado de la hincha aseguró que la joven está “arrepentida” y que “no es racista”, según unas declaraciones divulgadas por medios locales.

“Es una chica joven. Cometió una estupidez y se quiere disculpar. Infelizmente, en el fútbol, sabemos que a veces prevalece más la pasión que la razón y ella escogió mal”, dijo al portal G1 Guilherme Rodrigues Abrão, en nombre de su representada, la cual no quiso hacer declaraciones y pidió a los medios que no le hiciesen fotos.

El pasado jueves, durante un partido de la Copa de Brasil, una parte de la afición del Gremio de Porto Alegre comenzó a proferir insultos racistas contra Mario Lúcio Duarte Costa ‘Aranha’ y el juego tuvo que ser detenido debido a las quejas del guardameta, quien indicó al árbitro del encuentro lo que estaba ocurriendo.

La identidad de la aficionada, que fue grabada por las cámaras de televisión mientras llamaba de “macaco” (mono por su traducción al español) al portero del Santos, fue divulgada por varios medios de comunicación brasileños y desde entonces ha sufrido diferentes ataques contra su persona.

“Su idea es retratarse, quiere pedir disculpas al portero (Aranha). Ella ha sufrido las consecuencias de un error que admite”, indicó el abogado.

Después de conocerse la identidad de la joven, de 22 años de edad, ella fue despedida de su empleo en el Centro Médico y Odontológico de la Brigada Militar en Porto Alegre y, además de eso, ha sufrido amenazas contra su integridad física a través de internet y, según recogen medios locales, su casa ha sido apedreada.

Su familia ha tenido que abandonar el hogar en el que residían habitualmente por el miedo a nuevas represalias y la joven también ha recibido amenazas de violación sexual a través de diferentes redes sociales, de las cuales ya ha eliminado sus perfiles.

“Esa chica no debería volver a pisar un estadio nunca más. Ese debería ser el principal castigo. Siento pena por ella, como ser humano, y por las consecuencias de todo esto”, afirmó Aranha durante una entrevista con la cadena de televisión Globo.

Desde que tuvo lugar el incidente tanto el Santos como el Gremio han emitido sendos comunicados en los que expresan su rechazo a cualquier tipo de manifestación racista e incluso aficionados del Botafogo, rival del Santos en la última jornada del campeonato brasileño, exhibieron pancartas en apoyo al portero.

La Policía investiga las imágenes del partido con la intención de reconocer a todos los aficionados que profirieron insultos racistas contra el guardameta y espera obtener nuevos datos a lo largo de la semana aunque, según la prensa brasileña, un hombre ya habría sido identificado por las autoridades.

EFE