La dirigencia bávara, quizá confiada en ganar la Liga de Campeones, tenía lista una recepción para los jugadores. Jugaban en casa, perder la copa ante Chelsea era impensado.
La dirigencia bávara, quizá confiada en ganar la Liga de Campeones, tenía lista una recepción para los jugadores. Jugaban en casa, perder la copa ante Chelsea era impensado.
NO TE PIERDAS