La Fiscalía de Roma ha solicitado la celebración de un juicio, una decisión que recae sobre Chiara Giammarco, que comunicará el 18 de marzo si envía a juicio a Diego Armando Maradona por difamaciones contra Equitalia y Attilio Befera, realizadas en 2012.

Nicola Maiorano acusa a Diego Maradona de haber dicho repetidamente, tanto en intervenciones públicas como en entrevistas, ser “víctima de una persecución instrumental por parte de Equitalia”, a la que acusó de utilizar “documentación falsa y procedimientos irregulares”.

Angelo Pisani también podría ser juzgado por haber difundido, de igual manera, estas supuestas difamaciones.

Tras conocerse las intenciones de la Fiscalía, Maradona contestó a través de una carta enviada a Angelo Pisani en la que subrayó que “no hubo violación ni mucho menos difamación” en sus testimonios contra esta sociedad italiana que se ocupa de la recaudación de impuestos, porque “el derecho a defenderse está contemplado en la Constitución”.

“Maradona solo ha ejercido legítimamente en las sedes competentes su derecho a defenderse y a denunciar su inocencia”, subrayó Pisani, en declaraciones recogidas por los medios locales, al tiempo que justificó que el argentino “fue una víctima mediática de reclamos injustos e infundados”

Los abogados de Equitalia, Emilio Ricci y Antonella Follieri, denuncian una “gran campaña denigrante” por parte de la prensa, que, según aseguran, describen a la sociedad como “un ente injusto y prevaricador”.

Acusan al jugador de haber “alimentado también el clima de agresividad que se ha creado en torno a la sociedad y que ha culminado en graves atentados y daños hacia los dirigentes y el personal”.

El fisco italiano reclamaba unos 40 millones de euros a Maradona, debido a la falta de pago del impuesto de la renta de las personas físicas durante la segunda mitad de la década de los años 80, cuando jugaba en el Nápoli.

Una cantidad que aumenta diariamente tres mil euros sólo en intereses.

Pero Maradona ha alegado siempre que nunca le fue comunicada la petición del pago de estos impuestos, y que se trata de un error por parte de Equitalia.

En el intento de recuperar la deuda que le reclama, la Guardia de Finanzas italiana ya confiscó a Maradona unos pendientes que llevaba puestos mientras se encontraba en un centro de adelgazamiento del norte de Italia, que fueron subastados en 2010 por 25.000 euros.

En 2006, aprovechando otra visita del astro del fútbol argentino a Italia, se le confiscó un Rolex valorado en 11.000 euros.

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