La Copa Mundial de amputados, donde el fútbol se convierte en un estandarte para superar a la adversidad, arrancará mañana en Culiacán, capital del estado mexicano de Sinaloa con selecciones de 21 países.

El torneo, el octavo que promueve la Federación Mundial de fútbol de amputados, transcurrirá del 30 de noviembre al 7 de diciembre en una decena de canchas de fútbol de Culiacán, a unos 1.300 kilómetros de la capital mexicana.

La de México será la octava Copa tras las jugadas en 1991 en Tashkent (Uzbekistán) en el 2000 por Seattle (Estados Unidos), 2002 por Sochi (Rusia), 2005 por Río de Janeiro (Brasil), 2007 por Anatolia (Turquía), 2010 en Crespo (Argentina) y 2012 en Kaliningrado (Rusia).

Uzbekistán forma con Brasil, Irlanda y Ucrania el grupo A; el B por México, Polonia e Italia; el C, por Rusia, Haití, Alemania y Kenia; el D, por Argentina, Francia, Colombia y El Salvador; el E, por Turquia, Estados Unidos y Japón; y el F, por Inglaterra, Ghana y Angola.

En este fútbol, los guardametas tienen una mano amputada y el resto del plantel, una pierna. En caso de que les falten las dos piernas pueden utilizar una prótesis, y tocar el balón con las muletas se considera falta.