Eran momentos difíciles. Barcelona caía ante el PSG por el pase a las semifinales de la Champions League y Lionel Messi aún no había ingresado al campo.

Andrés Iniesta era el que más buscaba el arco rival, pero la marca de los zagueros del PSG era asfixiante.

Así que el gran Iniesta tuvo que inventarse esta jugada. Ante la marca de dos rivales, giró hacia la izquierda en 180 grados y dejó mal parados a sus marcadores. Lamentablemente, no pudo culminar la jugada con un remate certero al arco.

No fue gol, pero sirvió para que lo hinchas del Barcelona mantuvieran la esperanza en la remontada.