Comenzó con dudas, pero es el líder total de su selección. , la estrella máxima de Brasil, habló a poco del partido contra Alemania que definirá el oro olímpico en fútbol en Río 2016.

Las palabras del jugador del Barcelona no dejan dudas sobre su compromiso y total entrega para que su país logre por primera vez la presea dorada en Juegos Olímpicos, único trofeo grande que falta en la abarrotada vitrina de sus palmarés.

“Jugamos en casa, ante nuestra ‘torcida’ y no vamos a tener nunca más un chance mejor de ganar la medalla de oro, es la oportunidad de nuestra vida. Toda la familia sufre junta, rezamos juntos. Es un sueño poder ganar el orto delante de ellos, de mis amigos y de toda la torcida”, dijo Neymar en conferencia de prensa.

Pero Neymar tendrá otra motivación o presión extra: su hijo Davi Lucca estará en la tribuna del Maracaná, aguardando la medalla de oro.

“En Londres cuando perdimos la final y nos tuvimos que conformar con la plata, él solo tenía un año; ahora va a cumplir los cinco. Aunque no le gusta mucho el fútbol, opina y se queja cuando erro un gol o me quedo sin convertir”, expresó.