A pesar de jugar con uno menos durante todo el segundo tiempo, el resistió los embates del (2-2) y prolongó durante una jornada más su condición de invicto en el campeonato en un clásico eléctrico, el último de Andrés Iniesta.

Sin que los puntos importaran por una vez, el partido estuvo presidido por la tensión en los últimos minutos del primer tiempo, con la expulsión de Sergi Roberto y otra que pudo ser de Gareth Bale, en la segunda el 2-1 de Messi vino precedido de una falta de Luis Suárez sobre Varane y también pareció penalti una entrada de Alba sobre Marcelo.

Más que puntos, lo que había en juego era el honor entre los dos equipos más grandes y ante esto, todo lo demás sobra. Empezó el Barça con mucha intensidad, muy energético, con mucha presión arriba frente a un Madrid que jugaba con mucho respeto.

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