La final de la Copa del Rey se resolvió en la prórroga, cuando ya el Barcelona y Sevilla habían quedado igualados en el campo por las expulsiones de Banega y Mascherano.
Jordi Alba marcó el gol de su vida, el único de esta temporada, mientras Neymar puso el segundo tras un excelente jugada del argentino Lionel Messi.

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