La portentosa actuación de , autor de dos goles y de una asistencia, decidió el pase del a los cuartos de final, que derrotó por 3-0 al y volvió a demostrar que está en otra dimensión del universo fútbol.

Una triangulación entre Luis Suárez y Messi la desvió Marcos Alonso, el balón llegó dentro del área al diez del Barcelona y cuando ese ocurre el porcentaje de que todo acabe en gol es elevado, y así fue.

La definición es lo que sorprendió a Courtois. El balón le entró por debajo de las piernas (1-0). Messi sonrió, le dedicó el tanto a su tercer hijo, Ciro, se dirigió a las cámaras y el barcelonismo se rindió a su ídolo.

Profundizaban e inquietaban los de Conte, el Barcelona esperaba, las tornas habían cambiado hasta que Messi decidió que era suficiente. En el minuto 20 robó un balón en la medular a Cesc, supero a Azpilicueta y a Christensen, levantó la cabeza, vio el desmarque e Luis Suárez y el hueco que había quedado a su derecha, por allí entraba Dembélé.

El controvertido extremo, el fichaje más caro de la historia del club hasta que llegó Coutinho, se preparó el balón y batió por alto a Courtois en el minuto 20. El francés había elegido el mejor momento para estrenar su cuenta goleadora con los culés.

La lesión de Busquets, sustituido por André Gomes (min.60), aún añadió un punto más de épica. Pero el mejor antídoto volvió a ser Leo Messi. Un robo de balón, una jugada a la contra y Luis Suárez habilita al argentino.

El diez controló, cambió el ritmo, superó a un defensa, a otro y como en el primer gol, volvió a pasar el balón por debajo de las piernas de Courtois. En el minuto 64, con el 3-0 todo acabó para el Chelsea.