La tercera plaza de Frank Ribéry en la carrera al Balón de Oro, por detrás del portugués Cristiano Ronaldo y del argentino Lionel Messi, ha causado descontento en Francia, donde la prensa no oculta su frustración porque pensaban ver ganar al galo.

“L’Équipe” editorializa la cuestión y asegura que “el colectivo y los resultados ya no son determinantes” para elegir al mejor jugador.

El diario deportivo agrega que Frank Ribéry puede consolarse con el hecho de que el francés hubiera ganado el premio si solo se tuvieran en cuenta los votos de los periodistas, como sucedía hasta que en 2011 el Balón de Oro se fusionó con el galardón de mejor jugador de la FIFA.

Para “Le Parisien” la “decepción” es mayor, puesto que al hecho de no haber logrado el galardón se suma la “afrenta” de haber acabado tercero, también por detrás de Lionel Messi, sobre todo cuando la prensa del país ya le había designado como el sucesor de Zinedine Zidane, el último francés que abrazó el Balón de Oro, en 1998.

El rotativo considera que las causas de la derrota de Frank Ribéry están en su falta de carisma, en la ausencia de campaña para apoyarle y en el hecho de que ninguna gran estrella le avaló, como hizo Zizu con Ronaldo.

La victoria del portugués es para “Le Figaro” un paralelismo con lo que sucedió en 2000, cuando Luis Figo distanció a otro francés, Zidane, favorito para el premio tras haber liderado a la Francia que se había proclamado campeona de Europa.

“En un deporte colectivo que celebra sobre todo las individualidades, Frank Ribéry ha chocado al talento de dos rivales fuera de lo normal, pese a los títulos logrados y un fútbol mucho más altruista”, agrega el diario conservador.

Para el izquierdista “Libération”, el nuevo modo de elección del Balón de Oro, que incluye los votos de seleccionadores y capitanes, ha dado al premio “una menor eficacia y un aspecto más ‘people’”.

Ronaldo es para el diario, más atractivo que Ribéry, porque marca más goles, porque viaja del brazo de la modelo rusa Irina Shayk y porque “su clase asombra a los niños de cinco años”.

EFE