En la electrizante final celebrada el jueves, la selección australiana, bautizada como la “rUNSWift”, de blanco en punta y con “camisetas verdes” derrotó con una goleada de 5-1 al cuadro de la HTWK de la Universidad de Leipzig de Alemania, vestidos con “camisetas rojas”.

“Desafortunadamente, durante la final, y después de que nuestro portero salvó un intento, éste se cayó y mientras intentaba incorporarse y ponerse en la posición correcta, nos metieron el único gol de toda la competición”, dijo Brad Hall, experto en robótica de la universidad australiana.

Los antiguos campeones, los alemanes de B-Human, que los australianos derrotaron en la semifinal, ocuparon el tercer puesto en esta competición.

“La victoria en el torneo y en la demostración ‘All-Stars vs Champions’, cierra con broche de oro un gran año”, explicó Hall en un comunicado.

La universidad australiana de Nueva Gales del Sur (UNSW, por sus siglas en inglés) aguarda con los brazos abiertos a los campeones robóticos de RoboCup, la competición más grande de estas máquinas que reunió en Brasil a 19 combinados de todo el mundo.

Considerado uno de los mayores eventos tecnológicos internacionales, la RoboCup fue creado en 1997 en Japón con el propósito de construir antes del año 2050 un equipo de robots capaz de ganar un partido contra la selección vencedora del Mundial de la FIFA.

EFE