Gracias a dos genialidades, una del argentino Franco Cervi y otra del portugués Pizzi, el Benfica, vigente campeón de la Liga, se alzó con la Supercopa de Portugal con una victoria por 3-0 ante el campeón de Copa, el Braga. El peruano André Carrillo se quedó en la banca.
A Cervi, autor del primer gol, y a Pizzi, el del tercero con una sublime vaselina, se unió el delantero brasileño Jonas, que marcó el segundo a pase del transmontano Pizzi.
Estos tres tantos bastaron para que el Benfica de Rui Vitória sumase su sexta Supercopa “Cándido Oliveira” en 18 finales y se acerque a las ocho que ostenta el Sporting de Lisboa y las 20 del Oporto.
El argentino, contratado esta temporada del Rosario Central, anotó el primero en una notable jugada en la que, servido por el lateral zurdo español Álex Grimaldo, entró en diagonal al área como una bala y definió con clase y potencia.
El gol, anotado en el minuto 10, se sumó al del delantero brasileño Jonas, que marcó en el 75 a pase de Pizzi, quien precisamente cerró la cuenta con una soberbia vaselina en el 92 que hubiese firmado el mismísimo Romário.
A pesar de no contar con dos de sus pilares del pasado curso, Nico Gaitán, traspasado al Atlético de Madrid, y Renato Sanches, al Bayern de Múnich, los encarnados no se resistieron tanto y completaron un partido solvente, sobre todo en la faceta ofensiva.
El Braga de José Peseiro no perdió la cara a la final hasta el tanto de Jonas y pudo empatar en alguna ocasión, pero la falta de acierto y el talento del meta Júlio César les condenó.
Dos de los latinos más mediáticos del Benfica, el mexicano Raúl Jiménez y el peruano André Carrillo, partieron del banquillo.