Curiosamente, Sami Khedira que el próximo abril cumplirá 28 años, no disputó ninguna de las finales con más repercusión. Las que te consideran el amo del mundo. En Río de Janeiro, una lesión en el calentamiento le borró de la alineación ya decidida de Joachim Low. En Marrakech, recién recuperado de una dolencia, permaneció en el banquillo sin minutos.

Cerca, su compañero Toni Kroos presume de los mismos trofeos. Pero el volante de Greifswald, que es un recién llegado al Santiago Bernabeu, no tuvo en su mano la Champions League. Sami Khedira, sí. La ganó en Lisboa. Y con él, esta vez sí, en el terreno de juego.

Khedira reflexiona sobre su futuro y contempla la recolección de copas en una era fructífera. Más allá de la lesión de ligamentos que padeció y que no le impidió formar parte de la gloria del fútbol.

Khedira, asentado en el banco del Gran Estadio de Marrakech observó como el Real Madrid conquistó su primer Mundial de Clubes imponiendo su fútbol a la batalla que presentó San Lorenzo y plasmando su superioridad para convertirse en el mejor equipo del mundo. Los goles de Sergio Ramos y Gareth Bale pusieron el broche de oro a un año histórico.

El Real Madrid tocó el cielo convertido en una máquina de ganar. Convirtiendo una final en un partido más de una racha victoriosa que no tiene fin. Veintidós encuentros consecutivos en el cierre del año para dar forma a un equipo de leyenda. Tras cumplir el ansiado sueño de la Décima Copa de Europa conquistó por primera vez el título que faltaba en la sala de trofeos del Santiago Bernabéu.

Fue el trofeo que reconoció al Real Madrid como el equipo más potente del mundo. Meses más tarde de que Alemania impusiera su ley en Brasil.

Veinticuatro años después, Alemania volvió a alzar un título mundial y, con su victoria en la final sobre Argentina (1-0) alcanzó la cima en Maracaná, donde culminó una trayectoria que le ha llevado a convertirse en la primera selección europea que conquista la Copa del Mundo en Sudamérica.

El conjunto alemán de Joachim Löw fue el justo vencedor de un torneo en el que protagonizó muchos de los momentos más recordados y algunos para la historia, como la tremenda paliza endosada a los anfitriones en semifinales (1-7).

Alemania quiso llevar siempre la iniciativa, con un fútbol de toque que le permitió marcar 18 goles en 7 partidos, un tanto cada 38 minutos casi el doble que el promedio del torneo, y un grupo de jugadores que ya están entre los mejores del mundo, como Manuel Neuer, Toni Kroos, fichado durante el Mundial por el Real Madrid, o Thomas Müller.

La apuesta mantenida por Löw durante los últimos ocho años se ha visto finalmente recompensada en una Copa del Mundo que deja malherido a Lionel Messi y deprimido al fútbol brasileño.

Messi encarnó, sin duda, la cara de la derrota, porque había asumido que éste debía ser su Mundial.

La irrupción de selecciones como Colombia o Costa Rica, que alcanzaron los cuartos de final o la buena imagen dada por Argelia, a la que Alemania sólo pudo derrotar tras una prórroga, fueron las noticias positivas de un Mundial que arrancó con el descalabro de las grandes potencias europeas, con España a la cabeza.

El Mundial coronó a James Rodríguez, el máximo goleador, como la nueva estrella y certificó que Paul Pogba, mejor joven, está llamado a liderar una interesante generación francesa.

Sami Khedira llegó al Mundial a tiempo. En plena forma después de una sufrida recuperación de su lesión de rodilla y feliz por contribuir a la conquista de la Champions League.

El Real Madrid reconquistó en Lisboa el trono europeo agarrado a la épica, la que le permitió igualar una final en el minuto 93 que tenía perdida ante el Atlético de Madrid y la que, con un gol de cabeza de Sergio Ramos, le dirigió hasta la Décima en la prórroga, con goles en el tiempo extra de Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo, en el final más cruel para su adversario.

Tras un recorrido impecable en el que ejecutó una sólida demostración de fuerza, sobre todo en la semifinal contra el Bayern Munich, el conjunto blanco acentuó su dominio en la competición y añadió este título a las nueve coronas previas, conseguidas en 1956, 1957, 1958, 1959, 1969, 1966, 1998, 2000 y 2002.

Khedira contempló la frustración del San Lorenzo, que no pudo rememorar en el Mundial de Clubes los días felices que saboreó en la Copa Libertadores.

Los Cuervos se coronaron por primera vez en su historia campeones de la Copa Libertadores de América. Derrotaron por 1-0 a Nacional de Paraguay. Con un gol de Néstor Ortigoza de penal, San Lorenzo logró situar por primera vez su nombre entre los campeones del continente y, de esta manera, saldar una deuda histórica en sus 106 años de vida.

Argentina, así, volvió a ser el mandamás de la Copa Libertadores. Sumó su título 23. Lo más lejos que había llegado el Ciclón en el certamen fue a las semifinales de 1960, 1973 y 1988, en las que cayó eliminado por Peñarol, Independiente y Newell’s Old Boys, respectivamente.

Marruecos también contempló la presencia en el Mundial de Clubes del Cruz Azul, que gracias a un gol de Mariano Pavone, empató hoy 1-1 con el Toluca y conquistó por primera vez el título de la Liga de Campeones de la Concacaf en su nuevo formato.

Este torneo ha sido prácticamente un monopolio mexicano, ya que el Atlante ganó la edición 2008-2009; el Pachuca la de 2009-2010; el Monterrey las tres siguientes (2010-2011, 2011-2012 y 2012-2013), y el Cruz Azul rompió este año la maldición, tras ser subcampeón en 2008-2009 y 2010, además de terminar tercero en la edición de 2010-2011.

El fútbol argentino también celebró el éxito del River Plate, que aportó a Argentina el séptimo título en Copa Sudamericana al imponerse al Atlético Nacional.

Argentina es el país más ganador de la Copa Sudamericana, cuya historia se remonta al 2002 cuando el San Lorenzo aportó el primer título al superar en la decisión, precisamente al derrotado de hoy, el Atlético Nacional.

Desde entonces, Argentina celebró títulos con Boca Juniors en 2004 y 2005, Arsenal en 2007, Independiente en 2010, Lanús en 2013 y este año con River Plate, que jugó practicamente de local en todo el torneo pues tuvo como rivales a tres compatriotas: Godoy Cruz en segunda fase, Estudiantes de la Plata en cuartos y Boca Juniors en semifinales.

De vuelta a Europa, el Sevilla logró su tercera Europa League al derrotar al Benfica por 4-2 en la tanda de penales de la final disputada en el Juventus Stadium, que había terminado con empate a cero.

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