logró una victoria importante de local por 3-1 ante el PSG por en el estadio Santiago Bernabéu (3-1), en la ida de los octavos de final. El equipo de Zinedine Zidane resurgió a la vida y puso a prueba su historia y jerarquía para sacar adelante un encuentro muy difícil ante el poderoso equipo parisino.

El Real Madrid se transformó el día que se jugaba todo a una carta. De la falta de ambición, motivación y carácter en una Liga que tiraron a las primeras de cambio o una Copa del Rey en la que siempre fueron vulnerables en el Santiago Bernabéu, pasó a una implicación máxima de todos sus jugadores.

De todos los grandes duelos individuales que presentaba el partido había uno estelar: contra . El portugués demostró quien sigue siendo el rey del gol. Tuvo menos influencia que el brasileño, que siempre tiró de liderazgo y nutrió de fútbol a sus compañeros como para poder irse a París con más goles a su favor, pero donde se deciden los partidos se impuso la ‘ley Cristiano’.

Los cambios fueron decisivos. Mientras que Unai Emery quitaba del tapete a Cavani y no apostaba por el momento de Di María, el técnico madridista metía velocidad y frescura en las bandas con Asensio y Lucas Vázquez. Acabó siendo decisivo Marco con dos pases de gol a Cristiano Ronaldo y Marcelo que aumentaron el castigo al conjunto francés.