El estadio Elías Aguirre fue el lugar donde más personas acudieron en busca de su entrada. Larguísimas colas se formaron desde tempranas horas del día.

El público se quejaba de la presencia de revenderores que pugnaban por comprar mas de las tres entradas permitidas por persona. Además, muchos de ellos intentaban “colarse” en la cola.

La policía y la seguridad privada hicieron denodados esfuerzos por mantener la calma.