Nació con la blanquiazul. Juan José Jayo Legario vio la luz en Nazca, en 1973, y desde niño integró la divisiones menores de Alianza Lima. En 1990 tuvo la oportunidad de debutar con el equipo de sus amores en una victoria de 2-0 sobre San Agustín.

Su temperamento, condición táctica y física convirtieron a Juan Jayo en un baluarte en el conjunto victoriano. En 1997 pudo levantar su primer trofeo recién de la mano de Jorge Luis Pinto. El ‘Pulpo’, como se le apodó al buen Jayo, permaneció hasta 1998 en Alianza. Cumpliendo de esta manera su primera etapa con el equipo de La Victoria.

En 1999 pasó a Unión de Santa Fe, donde es recordado por un gol media cancha a River Plate. Para el nuevo milenio, Jayo saltó el charco y llegó al fútbol español, donde lo esperaba el Celta de Vigo. Del 2001 al 2002 jugó en Las Palmas, también en la Madre Patria.

El 2002 pegaría la vuelta a tienda íntima, donde permanecería hasta el 2007. El 2008 marcó el paso del ‘Pulpo’ por José Gálvez de Chimbote. En el 2009 regresaría a Alianza hasta el día de hoy.

Juan José Jayo Legario formó parte de esa histórica selección de Oblitas que no clasificó a Francia 98 por diferencia de goles. El volante jugó 97 partidos con la selección, anotando un solo gol. Fue cuatro veces campeón con Alianza: 1997,2003,2004 y 2006. Además, consiguió un subcampeonato de la Copa del Rey con el Celta de Vigo en el 2001.

Sus más de cuatrocientos partidos con el conjunto blanquiazul lo convierten en un ídolo contemporáneo de la escuadra de La Victoria. Siendo este 18 de noviembre el día del adiós de un grande con la camiseta de Alianza Lima.