Las lágrimas de Leonardo Pisculichi se repitieron dos veces en seis meses pero, aquellas de tristeza en junio tras el descenso de su querido Argentinos Juniors distan mucho de las de alegría tras conseguir la Copa Sudamericana con River Plate.

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Su desembarco en el equipo ‘millonario’ fue lleno de escepticismo pero el respaldo incondicional del técnico Marcelo Gallardo fue clave para que este exquisito jugador fuera de menor a mayor hasta transformarse en el eje de este River campeón.

A sus 30 años, ‘Piscu’ o ‘Golosina’ vivió un final de temporada de ensueño con goles importantes y decisivos como los que convirtió ante Boca Juniors para definir la serie superclásica o en la ida de la final ante Atlético Nacional, en Medellín.

Luego de sus excursiones por el fútbol español en Mallorca, en el Al Arabi de Catar y el Shandong Luneng de China, Pisculichi había decidido este año volver a Argentina.

Su primer destino fue, casi sin pensarlo, regresar al club donde se había formado, Argentinos Juniors, en un momento delicado de la institución para intentar salvarlo del descenso.

No obstante, el objetivo no se cumplió y vivió en junio uno de los momentos más duros de su carrera con el descenso a la segunda categoría.

Pero como el fútbol siempre da revancha, ‘Piscu’ tuvo una transferencia a River Plate y un gran desafío en uno de los clubes más grandes del continente.

El conjunto ‘millonario’, que venía de ser campeón en el primer semestre, confió en sus cualidades para intentar conseguir un título internacional tras 17 años de sequía.

A casi seis meses de aquella gran desilusión, ‘Piscu’ volvió a llenar sus ojos de lágrimas pero esta vez para festejar ante un Monumental que coreó su nombre y lo reconoció como la gran figura de River en la noche de la consagración.

EFE