Campeón en dos oportunidades de la Copa Sudamericana (2004, 2005), Boca Juniors llegaba al torneo con la etiqueta de candidato al título. Sin embargo, ocurrió lo menos pensado para los fanáticos del fútbol y, en especial, para los hinchas xeneizes.

Deportivo Capiatá, modesto club de Paraguay con cuatro años de existencia, se llevó el mayor triunfo de su corta carrera profesional. El sabor de la victoria es mayor porque se consiguió en una instancia final de un torneo internacional.

Lisandro Magallán fue el verdugo de su propio equipo al tratar de desviar un córner, pero terminó conectando de cabeza a su arco a los 44 minutos. Los hinchas de Boca no lo podrían creer ante la algarabía de los pocos seguidores del cuadro guaraní.

El segundo tiempo fue un absoluto control de Boca, pero una férrea defensa del Capiatá, además de la falta de puntería de los argentinos hicieron que se cerrará un marcador histórico para el fútbol sudamericano.

En la vuelta, Boca Juniors buscará cambiar la historia y seguir en busca del título de la Copa Sudamericana. Por su parte, Deportivo Capiatá buscará cerrar la proeza que comenzó en La Bombonera.