El día después de la goleada en la Copa América fue muy productiva para , que regresó a los entrenamientos pensando en la final. se apareció en las prácticas, con un gran yeso en el brazo izquierdo, pero no estaba triste, todo lo contrario, su actitud y buen humor no se fracturó.

Bromeó, se tomó un mate, jugueteó con sus compañeros, con los que jugaron ante Estados Unidos que solo hicieron trabajos ligeros. Lavezzi, salvó por el yeso, no lució rencor, no parecía que estaba fuera de la Copa América y que se iba a perder una importante e histórica final para Argentina.

Pero igual no se salvó de una broma de Javier Mascherano, quien ni bien lo vio entrar al campo de entrenamiento, le señaló su brazo enyesado y le soltó: “¿Está fresquito ahí, no?”.

Todo fue risas, Lavezzi nunca dejaba de sonreír. Gran ambiente en la selección argentina, que espera rival en la final. Colombia y Chile buscan ese privilegio este miércoles.