La afección, que también se conoce como despertar confusional, hace que las personas se despierten en un estado de confusión, sin saber dónde están. En los casos más graves se pueden hacer daño a sí mismos, o a los demás, explica el investigador líder, el doctor Maurice Ohayon, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

Además de esos casos tan extremos, ha habido otros en que despertarse en un estado confuso ha hecho que una persona le pegue a su compañero de cama. La mayoría luego no puede recordar el incidente.

Ohayon anotó que esos episodios pueden ocurrir incluso cuando se toma una siesta. “Esto le sucede a la mayoría de personas de forma ocasional, por ejemplo cuando tienen un desfase horario”, comentó. La diferencia es que estos episodios son frecuentes entre los que sufren de despertar confusional, anota.

El tratamiento para el despertar confusional consiste en tratar los otros problemas del sueño que los pacientes padecen, apunta Ohayon. Cuando se tratan esos problemas, con frecuencia la afección desaparece.

Hay un debate en curso sobre si la embriaguez del sueño es una afección independiente o un síntoma de otros problemas del sueño, anota Ohayon.

En el informe publicado en la revista Neurology, el doctor David Rye, profesor de neurología de la Universidad de Emory, en Atlanta, apunta que “el despertar confusional existe, y probablemente es más común de lo que pensábamos”.

Para el estudio, los investigadores entrevistaron a más de 19 mil personas a partir de los 18 años de edad sobre sus hábitos de sueño y si habían experimentado síntomas de despertar confusional. También se les preguntó si habían sido diagnosticados con una enfermedad mental y sobre los fármacos que tomaban.

Los investigadores hallaron que 15% de los participantes habían tenido un episodio de despertar confusional en el año anterior. Más de la mitad de esas personas dijeron que habían tenido más de un episodio por semana.

En la mayoría de los casos, el 84%, los participantes del estudio dijeron que además de la embriaguez del sueño, tenían otros trastornos del sueño, un trastorno de salud mental o usaban fármacos psicotrópicos, por ejemplo antidepresivos. Menos del 1% de los que tenían ebriedad del sueño no tenían otro trastorno del sueño, hallaron los investigadores.

Entre los que sufrían de despertar confusional, el 37% también tenían un problema de salud mental. Los que tenían depresión, trastorno bipolar, alcoholismo, trastorno de pánico o por estrés postraumático y ansiedad tendían a ser más propensos a sufrir de ebriedad del sueño, anotan los autores del estudio.

Fuente: Bienestar.salud180.com