En el mundo en el que vivimos se nos está olvidando el verdadero significado de el ser felices, muy al contrario de lo que creemos la felicidad no es tan solo un simple sonrisa.

Soy feliz conmigo mismo, con lo que hago, en donde vivo, con quiénes vivo, en el lugar donde trabajo o estudio, con mi ciudad, en mi país.

La felicidad tampoco son los bienes que poseo: ropa, joyas, carros, casas, computadoras, equipos de música, libros, diplomas, títulos o cargos, a lo mejor puestos.

La verdadera felicidad es cuando muy dentro de mí estoy conforme de lo que poseo, de lo que tengo, con quienes comparto mi vida, independientemente de la situación económica, de educación o familiar.

La felicidad es cuando mi entorno es maravilloso, fantástico, cuando el creador de ello soy yo y me encuentro satisfecho con lo que hago, digo y pienso.

La felicidad es interna para luega reflejarla en el exterior con sinceridad y sin medida, expresarla con una gran sonrisa diciendo a mí mismo primero qué feliz que soy, después para compartirla y regalarla a los demás. Los invito para que lo hagan y sentirán el cambio real de lo que es ser realmente felices

Fuente: Globedia