La Violencia contra las Mujeres (VcM) es un problema grave a nivel mundial. Es uno de los tipos de violencia más frecuente y representa una violación de los derechos de las mujeres. En el Perú, 7 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja o expareja (INEI, 2015).

Los estudios nacionales e internacionales se han centrado principalmente en la violencia experimentada por mujeres adultas en sus relaciones de pareja; dándole menor atención a las adolescentes y jóvenes que sufren de la misma situación a diario. Las universidades peruanas concentran un porcentaje significativo de jóvenes quienes comparten durante muchos años vínculos sociales y afectivos.

De esta manera el , con el auspicio del Programa Regional Combatir la Violencia contra las Mujeres en Latinoamérica (ComVoMujer) de la Cooperación Alemana GIZ, presentan la investigación: “La violencia contra las mujeres en las universidades peruanas: prevalencia e impacto en la productividad académica en las Facultades de Ciencias Empresariales e Ingeniería”.

Esta investigación se basó en una encuesta a 6,964 estudiantes de ambos sexos (3,508 mujeres y 3,456 hombres), con rango de edades de 18 a 25 años, que tienen o tuvieron una relación de pareja de 34 universidades del Perú (22 públicas y 12 privadas).

La investigación reveló que el 66% de las/los estudiantes tuvo alguna experiencia de violencia. El 65% de universitarias ha sido agredida por su pareja o expareja, al menos una vez en su relación. En el caso de los estudiantes universitarios, el 67.1% ha agredido a su pareja o expareja al menos una vez en su relación. Las agresiones de mayor prevalencia fueron la humillación (58.5%), la violencia verbal (31.9%) y la violencia física leve (26.9%).

Solo en el último año, el 48.8% de las/os estudiantes universitarios/as participaron en episodios de VcM. Al mismo tiempo, el 50% de universitarios han agredido a sus parejas y el 47.8% de universitarias han sido agredidas por sus parejas.

IMPACTO DE LA VCM

La VcM influyó en la productividad académica, ausentismo y presentismo. El ausentismo de las estudiantes agredidas por sus parejas es entre 13.2% y 21.7% más elevado que el ausentismo de las estudiantes nunca agredidas. En el caso de los agresores, el ausentismo es aún mayor, con porcentajes entre 20.8% y 42.4% más elevados que los estudiantes no agresores. La llegada tardía de estudiantes agredidas y agresores es entre 6.1% y 12.1% más alta en comparación con las/os estudiantes libres de violencia.

En el caso del presentismo, los/as estudiantes involucrados/as en situaciones de VcM, suelen experimentar más dificultades para concentrarse (entre 8.3% y 12.9%), estudian más lento de lo usual (entre 10.3% y 12.7%), están cansados/as más de lo usual (entre 3.3% y 9.1%) y tienen preocupaciones personales o ajenas al estudio (entre 17.3% y 27.4%), en comparación con los/as estudiantes que no han sufrido violencia.

Otros dato importante es el rendimiento de las estudiantes agredidas y los estudiantes agresores. Este grupo de estudiantes presentaron más errores en sus exámenes y trabajos académicos (entre 11% y 20%) y menor rendimiento (entre 14.2% y 18.7%). Además, en estos grupos, su cohesión social se ve disminuida por la mayor cantidad de conflictos y regaños de sus colegas (entre 20.2% y 42.6%) y profesores/as (entre 23.8% y 29.2%). Finalmente, los deseos de deserción son mucho más altos en los grupos de agredidas y agresores (entre 33.6% y 57.1%).

Los estudiantes que han participado en actos de VcM, agresores o víctimas, presentan un menor progreso en su desempeño académico entre semestres, incluso si las relaciones violentas han ocurrido antes del último año, en comparación a los/as estudiantes libres de violencia. Además, esta problemática ocasiona 10.2 días de ausentismo al año, así como 10.1 días de presentismo por distracción y agotamiento.

Evidentemente, la violencia contra las mujeres impacta a corto y mediano plazo en los niveles de ausentismo, presentismo y desempeño académico de las/los estudiantes. Incrementando la cantidad de cursos reprobados y la intención de deserción académica. Los/as estudiantes que participaron en situaciones de VcM, sea como agredidas o como agresores, reportaron más cursos reprobados y más intenciones de deserción que aquellos/as estudiantes libres de violencia.

PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN

Es imperativo incluir en las políticas y estrategias para erradicar la violencia contra las mujeres, la prevención/intervención en el contexto universitario; involucrando en las iniciativas y programas nacionales de prevención a instituciones vinculadas a la educación superior. Se requiere que las universidades implementen estrategias institucionales que brinden un marco formal a las iniciativas de prevención e intervención de la violencia contra las mujeres en el ámbito universitario.

Es necesario desarrollar una prevención proactiva a través de iniciativas concretas y articuladas a las acciones de la tutoría y responsabilidad social universitaria. Asimismo, se requiere integrar el enfoque de género a la formación profesional a través de la inclusión de nuevos contenidos en los planes curriculares que aseguren el desarrollo de competencias equitativas y libres de violencia en sus profesionales. Finalmente, se debe ampliar la investigación sobre la VCM en el estudiantado universitario, obteniendo información de todas las regiones del Perú.

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