Enfermedades dermatológicas como la Urticaria Crónica (UC) tienen un enorme impacto en la superficie corporal y, por ende, en la calidad de vida personal, social y ocupacional de quienes la padecen.

“Es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de ronchas rojas (habones) en la piel, acompañadas de picazón y dolor; y que pueden ir asociadas a angioedema (hinchazón de párpados, labios y zonas laxas de la piel). Es crónica cuando tiene una duración mayor de seis semanas o incluso años”, señaló el presidente de la Sociedad Peruana de Alergia e Inmunología, José Mori.

Los habones son placas elevadas de la piel, que hacen relieve, grandes, rojas, parecidas a las picaduras de mosquito, y generalmente pican mucho. Suelen medir más de medio centímetro, a veces son muy grandes, de varios centímetros, de forma irregular, se unen unas a otras, dibujando como mapas.

Las estadísticas determinan que esta enfermedad es tres veces más común en mujeres que en hombres, aunque no sabe por qué ataca más al sexo femenino. En relación con la edad, puede comprometer cualquier grupo, pero es más común en adolescentes y adultos jóvenes. Se estima que en la actualidad, 15% al 25% de la población mundial padece de Urticaria Crónica, 7% del cual afecta a niños menores de 12 años.

En cuanto al diagnóstico, cuando un paciente con urticaria es visto por primera vez por un médico, se le debe realizar una historia clínica y un examen físico completo de la piel, así como exámenes de imagen, sangre y orina. Aclarar, además, que no es una enfermedad mortal.

La Urticaria Crónica es una de las condiciones dermatológicas más frustrantes y suele generar graves consecuencias en la calidad de vida de las personas afectadas con esta enfermedad.

La picazón, principal síntoma, suele causar intenso malestar, perturbación del sueño, alteración de la movilidad y de la energía; así como un agudo dolor. “Las ronchas y el angioedema afectan el aspecto físico, lo que a su vez genera depresión, estrés, ansiedad y aislamiento social en los pacientes”, precisó el galeno.

En el tratamiento fundamentalmente se usan antihistamínicos, y con mucha menos frecuencia antileucotrienos y corticoides. Otro tratamiento importante también lo constituye un producto que contiene Anticuerpos Monoclonales (elementos producidos en un laboratorio que se parecen a los anticuerpos humanos).

En cuanto a la dieta del paciente, Mori recomienda que a menudo se escucha la recomendación de evitar algunos alimentos (los más típicos son las fresas, el chocolate, cítricos, mariscos, las conservas) en la mayoría de los casos de urticaria, sea cual sea la causa. Esta recomendación no parece ser útil, por lo que, si no hay una sospecha muy justificada, se puede hacer dieta normal sin prohibiciones.