El golpe de calor es un trastorno que se caracteriza por un incremento de la temperatura del cuerpo por encima de 39 °C. Las causas son varias, pero principalmente por la exposición prolongada al sol (insolación clásica) o realizar ejercicios en ambientes de mucho calor y poca ventilación.

El doctor Oscar Barrenechea, director médico de Quilab – Química Suiza, revela que la sobre-exposición al sol o el calor excesivo como el que estamos soportando en Lima y en otras regiones del país, puede provocar que el cuerpo pierda agua y sales que son esenciales para mantenernos saludables.

“En estas situaciones el cuerpo tiene dificultad para regular su propia temperatura mediante la sudoración, que es un mecanismo natural y se produce un exceso de calor que resulta muy riesgoso para el organismo”. Refiere asimismo, que el golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de fiebre, por lo que es necesario hacerse un diagnóstico y recibir tratamiento.

Señales de alerta

Las personas que tienen “Golpes de calor” también presentan síntomas como sed intensa, sequedad en la boca, sudoración excesiva, sensación de sofocos, agotamiento, cansancio o debilidad, mareos o desmayos, vértigo, agitación, calambres, dolor de estómago y falta de apetito.

Asimismo, pueden presentarse náuseas o vómitos, dolor de cabeza (palpitaciones u opresión), estado de confusión, desorientación, delirio o incluso convulsiones o coma en casos extremos.

Los más vulnerables

Si bien cualquier persona puede ser víctima de un golpe de calor, porque esta enfermedad no respeta edad ni sexo, es importante tener especial cuidado con los bebés y los niños menores de un año, porque su cuerpo tiene menor capacidad para regular su temperatura.

Hay que estar atentos cuando la piel de un niño está irritada por el sudor en el cuello, en el pecho, en las axilas, los pliegues del codo y la zona del pañal. Razón por la que expresan irritabilidad y llanto incontrolable.