Andar por la noche, si no se trata, puede provocar comportamientos violentos, autolesiones o lesiones a los compañeros de cama, trastornos del sueño, somnolencia diurna excesiva, fatiga y malestar psicológico.

Según un estudio publicado en Sleep, el sonambulismo adulto es más grave de lo que se piensa y puede inducir a conductas violentas y llegar afectar a la salud de los que lo padecen.

“Hemos visto una mayor frecuencia de síntomas durante el día como somnolencia, fatiga, insomnio, depresión y ansiedad así como una calidad de vida alterada en los pacientes con sonambulismo cuando se les compara con voluntarios no sonámbulos”, explica Yves Dauvilliers, director del Laboratorio del Sueño del Hospital en Montpellier, (Francia) y autor principal.

En su opinión, “lo que generalmente se considera una enfermedad benigna, el sonambulismo adulto, es una enfermedad potencialmente grave y las consecuencias de los episodios de sonambulismo no deben ser ignoradas”.

Los resultados de este trabajo, que analizó a 100 personas diagnósticadas de sonambulismo y otros 100 casos control, muestran que el 22,8 por ciento de los sonámbulos presentan episodios nocturnos diarios y que 43,5 por ciento semanales.

Además, en un 58% de las personas sonámbulas presentan comportamientos violentos relacionados con el sueño, 17 por ciento que tuvieron al menos un episodio de lesiones en la pareja que requirió atención médica.

Fuente: Abc.es