Si bien los videojuegos resultan sofisticados para muchos adultos, actualmente se han creado juegos que pueden ser sencillos para niños de corta edad hasta adultos que suelen ser un poco más cortantes con estas cosas. Sin embargo, un juego que está ganando más adeptos cada día es el Candy Crush.

Si tienes Facebook lo más probable es que te haya llegado una invitación y si tienes smartphone seguro lo tienes como una aplicación más de tu celular. Lo cierto es que este juego es tan sencillo y fácil de manipular que grandes y chicos lo juegan. Juntar tres caramelos del mismo color, no es nada del otro mundo.

Dana Smith, corresponsal de Ciencia del diario británico The Guardian, explica que al inicio el juego puede ser tan sencillo que los niveles son fáciles de superar pero tiene grandes efectos de adicción a nuestro cerebro. Esto refuerza proporciona superación y satisfacción al jugador, lo que origina el comienzo de una adicción. Estos sentimientos de placer provocan la liberación de dopamina, encargada de regular el aprendizaje y los comportamientos que se repiten una y otra vez.

El Candy Crush cuenta con unos boosters que pueden ayudarte a ganar. Así estés perdiendo, la inesperada presencia de un booster puede hacerte ganar cuando el juego está aparentemente perdido. Esto hace que los jugadores, a pesar que no se encuentren ganando, intenten hasta el final sin rendirse. Esta es otra táctica de tener a los jugadores enganchados de este colorido juego.

Otra de las tácticas que se utiliza para tener pegado al jugador, es la espera de 30 minutos para obtener vidas. Tener a una persona privada específicamente de algo, hace crecer la ansiedad y las ganas de querer consumir lo prohibido.

Por eso, cuando los jugadores pierden sus cinco vidas, su cerebro comienza a angustiarse porque deben esperar media hora para seguir intentado ganar.

Si eres uno de los jugadores de Candy Crush, comienza a tener más control de este juego que no es saludable para nuestro cerebro.