Refirió que esto se debe al alto contenido calórico de la comida chatarra, como carbohidratos y grasas saturadas, que va directamente relacionado con el exceso de grasa corporal que con el tiempo altera la respuesta de la insulina en nuestro organismo que desencadena el estadío final que es la diabetes.

“Asimismo existen otras complicaciones originadas por el consumo de comida chatarra: se sabe que el 23% de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y 41% de algunos cánceres y otras co-morbilidades son asociadas a la obesidad, incluyendo las enfermedades de la vesícula biliar, hígado graso, apnea del sueño y osteoartritis”, agregó.

Según la especialista es importante el manejo de políticas públicas del Estado, bajo el liderazgo del Ministerio de Salud, en conjunto a otros sectores como las instituciones privadas y la población, para combatir la epidemia de la obesidad, que conlleva a aumentar la incidencia de diabetes en nuestra población.

Refirió que la comida chatarra engloba a las bebidas gaseosas, refrescos no naturales, snack, como las papas fritas, los chizitos, golosinas, cremas como mayonesa, etc. El 50% consume con frecuencia las comidas chatarras, (en promedio 3 veces por semana), y de los pacientes con obesidad, aproximadamente el 90% los consume.

Para Romina La Rosa, endocrinóloga de la Clínica Maisón de Santé, la mejor forma de combatir la diabetes es la información y asesoramiento al paciente.

“Cuando una persona es diabética y baja de peso, le ayuda bastante a su tratamiento, si uno tiene más de 90 centímetros de obesidad abdominal, debe de preocuparse porque es un índice de padecer diabetes. Y hay que convivir con ella, la diabetes no se cura, se controla, bajo la asesoría de una nutricionista, el paciente presenta mejorías.

Remarcó que si el paciente que tiene padre y madre diabético, hace deporte, lleva una vida saludable y no sube de peso, no hace diabetes nunca. Por ello, recomendó cambiar el estilo de vida alimenticia y no tener una vida sedentaria.