Un grupo de investigadores de la Universidad de Roehampton, encabezados por la doctora Sara Houston, están midiendo los cambios observados en el bienestar físico y emocional que causa el ballet en los pacientes de Parkinson.

El estudio, que se extenderá dos años más, monitorea los cambios en el equilibrio y la estabilidad de los pacientes, y también los entrevista.

“Estamos examinando la experiencia que algunas personas con Parkinson podrían tener bailando”, dijo Houston.

“Esa experiencia abarca cambios en lo físico, así como en las percepciones de lo que la gente puede hacer, su salud y bienestar”.

Hasta ahora, no hay cura para la enfermedad del Parkinson, aunque con medicamentos se pueden aliviar los síntomas a corto plazo. Sin embargo, los tratamientos con drogas pierden efectividad después de solo unos años, dejando que los pacientes lidien con síntomas cada vez peores.

Se espera que los beneficios vistos en las clases de ballet ayuden a retardar el inevitable deterioro que enfrentan los pacientes.

Fuente: BBC