Una educación efectiva desde la adolescencia sobre prevención de enfermedades no transmisibles (ENTs) puede dar mejorías en los estados de en todas las sociedades del mundo, dijo Richard Buckley, vicepresidente de asuntos de gobierno de la empresa farmacéutica AstraZeneca.

Buckley aseveró que con la finalidad de abordar la amenaza que representan las enfermedades crónicas no transmisibles de alta prevalencia en los jóvenes, la empresa implementará en México el Young Health Programme.

Este programa, que se inició en 2010 y ha beneficiado a más de tres millones de jóvenes en unos 20 países, está dirigido a la población joven que no estudia ni trabaja y contará con el apoyo de instituciones públicas y organizaciones sociales.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las ENTs representan 75 % de las muertes en la región de las Américas.

Los factores de riesgo de estas enfermedades están asociadas con comportamientos que se suelen establecer durante la adolescencia como el uso nocivo del alcohol, el consumo de tabaco, la vida sedentaria y una dieta no saludable.

“México es un país donde hemos visto muchas necesidades, pues las ENTs son los principales asesinos de la población y muchas de ellas son prevenibles”, aseveró el directivo.

En el proyecto se trabajará con jóvenes voluntarios que ayudarán a otros para impulsarlos a hacer ejercicio, cuidar su alimentación y dejar hábitos como el alcoholismo y el tabaquismo.

El objetivo es educar a los adolescentes para que puedan modificar esas conductas de riesgo pues todas tienen consecuencias graves en la edad adulta.

Por ejemplo, dijo, se sabe que tres de cada cuatro niños que padecen obesidad se mantienen así en su vida adulta.

“Y no modificar estas conductas también puede llevar a que en el futuro sean más propensos a desarrollar cáncer, diabetes, enfermedades del corazón y respiratorias”, recalcó.

La idea, dijo Buckley, es impactar a unos 46.000 jóvenes de entre 14 y 23 años en cuatro zonas urbanas de Ciudad de México. Explicó que se sabe que en estas áreas se puede tener un mayor impacto y el retorno social puede ser más alto.

Buckley indicó que en el proyecto se invertirán 1,5 millones de dólares por los tres años que dure esta primera etapa. “Es importante que sea un proyecto a mediano plazo porque eso nos ayudará a medir los resultados año tras año”, aseveró.

Señaló que algunas evaluaciones de otros programas, por cada dólar que se invierte se han obtenido entre seis y ocho dólares de retorno social. “Esto se puede medir a través del cambio de hábitos de comportamiento, productividad, menores días de ausentismo laboral y mejores condiciones de salud”, advirtió.

Con ello, buscan que se puedan tener evidencias de cómo un programa como este puede impactar en los jóvenes y esto sirva para que las autoridades puedan llevar a cabo cambios de política pública que tengan alcance nacional.

Hasta ahora, aseguró, han encontrado apertura de los gobiernos en los países donde se ha implementado el programa. Sin embargo, señaló, “el desafío principal es que no hay suficientes recursos con los cuales empezar”.

México será, después de Brasil, el segundo país en América Latina en donde se implementará este programa que se inició desde el 2010.

AstraZeneca trabajará de la mano con la embajada de Suecia en México, el Instituto Mexicano de Investigación Familiar y Población (IMIFAP), el Instituto Nacional de Cancerología (INcan), y las organizaciones Project HOPE y Yo quiero, yo puedo.

Buckley aseguró que el principal objetivo de contar con este tipo de socios es que los guíen sobre la mejor forma de atacar las ENTs “pues son los expertos en los pilares que nos interesan”.

Finalmente, dijo, lo más importante es que el proyecto busca ver al mundo desde la perspectiva de los jóvenes.

“Queremos incorporarlos como socios y que ellos a través de lo que consideren que son sus necesidades, puedan en un futuro tener impacto en las políticas públicas de sus países”.

Fuente: Efe