Los recientes casos de denuncias de contaminación de alimentos con insectos, gusanos e incluso roedores, ponen en evidencia que los negocios de alimentos, priorizan solo la producción y venta de sus productos, cuando también deben hacer lo mismo con la higiene y las medidas sanitarias que están obligadas a cumplir.

En opinión del biólogo Ernesto Berrocal, de Insecticidas y Rodenticidas del Perú (INRO), los restaurantes, supermercados y todas las empresas que elaboran, almacenan y comercializan alimentos deberían tener programas permanentes de manejo integrado de plagas que incluyan desinsectaciones y desratizaciones con periodicidad definida en función del análisis de los condicionantes que permitan la presencia de plagas.

Precisó que una empresa hermética (sin fallas en la infraestructura que permite el ingreso de plagas) y limpia (sin ofrecimiento de agua, alimento y refugio), necesitará menos desratizaciones y desinsectaciones que una empresa con limpieza deficiente y con fallas en la infraestructura que facilitan el ingreso plagas. “A mayor limpieza y hermeticidad menos necesidad de plaguicidas”, subrayó.

Según el especialista de INRO los recientes casos de contaminación de alimentos se originan por el descuido en los procedimientos sanitarios y de limpieza, ya que los negocios de alimentos están más orientados a la producción y venta, y no dan énfasis a las buenas prácticas de manufactura que incluye la limpieza y tener un programa eficiente de Manejo Integrado de Plagas.

“En estos negocios muchas veces se considera un gasto innecesario el contar con un programa de Manejo integrado de plagas y se contrata una empresa informal o un servicio de menor alcance que el necesario. No hay conciencia de que lo barato sale caro y se pone en riesgo el valor de la marca, que es lo más importante en una empresa, como ha ocurrido recientemente en nuestra ciudad”, afirmó el biólogo Ernesto Berrocal.

Dijo que en muchos casos estos negocios recién ponen interés en la higiene y en las medidas sanitarias, igual que las autoridades sanitarias, cuando se hacen denuncias a través de medios de comunicación masivos o mediante las redes sociales.

En otro momento, el biólogo de INRO manifestó que las plagas más frecuentes en los negocios de alimentos son moscas, cucarachas y roedores sinantrópicos (ratones, ratas), los cuales al contaminar los alimentos causan las enfermedades trasmitidas por alimentos (ETAs), los que son por lo general enfermedades gastrointestinales.

Recalcó que estas plagas necesitan para sobrevivir alimentos, agua y refugio, y si se les ofrece llegan a cualquier tipo de instalaciones. Por ello la mejor forma de evitar la presencia de plagas es fortalecer e intensificar la limpieza.

“Lamentablemente muchas veces las empresas de alimentos orientan todos sus esfuerzos a la producción de alimentos descuidando sus procedimientos de limpieza y saneamiento; tampoco se capacita permanentemente al personal manipulador de alimentos sobre la importancia del saneamiento (orden y limpieza) y la relación entre las deficiencias en éstos con la presencia de plagas. Se cree equivocadamente que nos es necesario limpiar mejor para no tener plagas y que aplicando plaguicidas de manera sistemática y periódica podemos evitarlas”, expresó Ernesto Berrocal.