La es una infección hepática provocada por el virus del mismo nombre que se puede adquirir mediante transfusiones de sangre, al hacerse tatuajes, intervenciones quirúrgicas o dentales con instrumentos contaminados. También puede darse de la madre al niño durante el parto.

El padecimiento, a veces, es la causa de otras enfermedades como cirrosis hepática o cáncer de hígado, de acuerdo con Martín Tagle, gastroenterólogo de la Clínica Anglo Americana.

Esto debido a que la hepatitis B se queda en el organismo por el resto de la vida de la persona, en forma oculta. Existen formas de prevenir esta infección, en primer lugar la vacunación universal, es decir vacunando a todo recién nacido, que se realiza en forma gratuita en nuestro país. Hay varias formas de presentación de esta vacuna, sola o combinada con otras”, agrega el especialista.

Por tal motivo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) aconseja aplicar la vacuna en recién nacidos durante las primeras 24 horas de vida y también a aquellas personas que estén expuestas a la enfermedad como trabajadores de salud, hipertensos, diabéticos, entre otros.

Se debe resaltar que los afectados usualmente no muestran síntomas en la etapa inicial, aunque a veces se presentan señales como coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal.