Si eres asiduo visitante de las playas en y tu mayor placer está en nadar por varios minutos en el mar, esta información es de tu interés. Un reciente estudio advierte que esta actividad aumenta el riesgo de dolor de oído, problemas estomacales y diarrea.

La descubrió que las personas que nadan o realizan deportes acuáticos tienen muchas más probabilidades de experimentar una serie de dolencias.

“En países de altos ingresos como el Reino Unido, existe la percepción de que hay poco riesgo para la salud de pasar tiempo en el mar. Sin embargo, nuestro artículo muestra que aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades, como dolencias en los oídos y problemas relacionados con el sistema digestivo, como dolor de estómago y diarrea”, dijo la doctora Anne Leonard, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter

Agregó que “creemos que esto indica que la contaminación sigue siendo un problema que afecta a los nadadores en algunos de los países más ricos del mundo”.

Los investigadores revisaron 19 estudios con 120,000 personas desde 1961, del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca y Noruega.

Descubrieron que los bañistas de mar tenían un 86% más de probabilidades de padecer alguna enfermedad, en comparación con los no bañistas, y aconsejaron a las personas propensas a la infección, los ancianos o los más pequeños o aquellos con condiciones de salud preexistentes, que lo piensen dos veces antes de ir a la playa.

Además de los y del oído, bañarse en agua natural también aumentó el riesgo de diarrea en un 44% y se sabe que desencadena infecciones respiratorias, afecciones cutáneas e infecciones oculares.

Los investigadores indicaron que no buscan atemorizar a las personas para que no vayan a nadar al mar, porque tiene muchos beneficios para la salud y la mejora de la condición física, pero sí que estas “sean conscientes de los riesgos para que puedan tomar decisiones informadas”.

“Aunque la mayoría de las personas se recuperará de las infecciones sin tratamiento médico, pueden ser más serias para las personas vulnerables, como los muy ancianos o muy pequeños, o aquellos con condiciones de salud preexistentes (…) Hemos recorrido un largo camino en términos de limpiar nuestras aguas, pero nuestra evidencia muestra que todavía hay trabajo por hacer”, agregó.

La investigación, que fue en el International Journal of Epidemiology, es la primera en evaluar la evidencia de que los bañistas corren el riesgo de enfermarse por la exposición al agua de mar, y de cuantificar este riesgo en comparación con los no bañistas.