La es una enfermedad en la que se encuentra elevada la glucosa (azúcar) en la sangre y el tratamiento con insulina puede resultar fundamental para las personas que la padecen, pero, ¿en qué consiste y qué mitos hay en torno a ella?

Es una hormona natural que se produce en el páncreas y que ejerce muchas funciones en el cuerpo, una de las más importantes y conocidas es el control de la glucosa.

Esto resulta indispensable para evitar complicaciones en quienes padecen diabetes. La insulina es un tratamiento importante para lograr este control, sin embargo, muchas personas se rehúsan a usarlo porque temen a las consecuencias.

Viviana Ulloa, endocrinóloga y gerente médico de Novo Nordisk, presenta y aclara los mitos más comunes sobre la insulina y recuerda que las complicaciones que surgen de una diabetes sin tratar son mucho más difíciles que este tipo de terapia.

1. Mito: la terapia con insulina puede causar graves problemas de salud

Realidad: las complicaciones a la salud no son causadas por la insulina sino por el inadecuado control de la condición. Si el médico considera que un individuo con diabetes necesita insulina, lo recomendable es que la reciba de forma oportuna para reducir las posibilidades de complicaciones posteriores. Si hay un buen control de la diabetes se puede ayudar a prevenir problemas como los eventos cardiovasculares, pérdida de la visión, lesiones en los nervios, entre otros.

2. Mito: la insulina provoca ceguera

Realidad: no hay evidencia científica que lo demuestre, detalla la especialista. Por el contrario, si la diabetes no se controla de forma oportuna y se mantienen niveles altos de glucosa en la sangre durante un tiempo prolongado, se pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos de la retina (retinopatía diabética), lo que afectaría la visión y pondría en riesgo la capacidad visual de la persona.

3. Mito: una vez que inicie el tratamiento con insulina la usaré toda mi vida

Realidad: el tipo de diabetes, el peso y los hábitos alimentarios serán los que rijan la duración del tratamiento. Algunas personas emplean insulina por un corto plazo para tratarse la hiperglicemia (aumento anormal de la glucosa en la sangre), mientras que otros individuos sí la necesitan por el resto de sus vidas.

4. Mito: la insulina causa aumento de peso

Realidad: tanto la terapia con insulina como algunos de los tratamientos orales tienen impactos similares en el peso de los pacientes. Lo recomendable es consultar al médico tratante o al nutricionista para saber cómo mantener el peso adecuado a través de dietas y ejercicios.

5. Mito: las inyecciones de insulina son dolorosas

Realidad: la terapia con esta hormona es mucho menos dolorosa que otro tipo de inyecciones. Actualmente existen dispositivos tipo lapicero que emplean agujas muy pequeñas y delgadas que disminuyen la sensación de dolor. Después de un tiempo, muchos pacientes dicen que la terapia con insulina es manejable.

6. Mito: la terapia con insulina es complicada e inconveniente

Realidad: si bien las primeras insulinas requerían de varias aplicaciones al día, antes de las comidas, actualmente existen opciones que permiten mayor flexibilidad en sus tiempos de uso.

7. Mito: la aplicación de insulina me hace discapacitado

Realidad: por el contrario, cuando una persona que necesita insulina recibe el tratamiento de forma apropiada y oportuna, evita graves daños a su salud como ceguera, amputación de extremidades, falla renal, etc. Si se trata y controla la diabetes, el paciente puede tener una calidad y expectativa de vida muy similar a la de una persona sin esta condición.