Una nueva investigación en Estados Unidos confirma que esta influencia se extiende también a nuestro peso corporal. Si tenemos amigos más gordos que nosotros lo más probable es que subamos pronto de peso.

Y, de igual forma, tener amigos más delgados que nosotros conducirá a una pérdida de peso, afirma el estudio publicado en PLoS One (Biblioteca Pública de Ciencia).

Según los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loyola en Chicago, la influencia de nuestros amigos también se extiende a qué tan activo es un individuo y cuánto participa en deportes.

Otros estudios en el pasado han mostrado que la obesidad suele “atraerse” entre grupos sociales, especialmente entre jóvenes y adolescentes.

Contagiosa

El estudio, dirigido por el doctor David Shoham, involucró a casi 1.800 adolescentes de dos escuelas secundarias en Chicago. Una de las escuelas estaba ubicada en un área rural y los estudiantes eran en su mayoría blancos.

Los investigadores analizaron los registros de los estudiantes en la base de datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente, que ha seguido los hábitos nutricionales y de salud de esta población en Estados Unidos.

Estos datos incluían altura, peso corporal, amistades, actividades deportivas y tiempo mirando alguna pantalla (como una PC o TV). Se midió también su IMC, que es el cálculo entre la altura y el peso.

Los resultados confirmaron la “agrupación de la obesidad”, es decir la forma cómo los adolescentes suelen seleccionar a sus amigos de acuerdo a su IMC.

Los resultados mostraron, por ejemplo, que un estudiante con un IMC en el límite entre delgadez y sobrepeso (24 o 25) que tenía amigos delgados (IMC de 20) tenía 40% más probabilidad de reducir su IMC y 27% más probabilidad de incrementarlo.