¡Cuida tu salud y la de tu bebé!

Marihuana: Provoca que llegue menos oxígeno y nutrientes al feto, por lo que es común que nazca con un alto riesgo de desarrollar desórdenes de atención y problemas de aprendizaje que no pueden ser detectados hasta la edad escolar.

Cocaína: Interfiere con el flujo de oxígeno y nutrientes que recibe el feto. Al nacer suelen tener un peso y tamaño mucho menor que el que tendría un bebé cuya madre no consumió drogas en el embarazo. Además, tienden a tener la cabeza más pequeña, lo que puede indicar que el cerebro también lo es.

Heroína: Los pequeños desarrollan la adicción desde que están en el vientre, por lo que durante los primeros días o semanas de nacimiento presentan síndrome de abstinencia, que causa irritabilidad, disminución de los estados de alerta, temblores, movimientos anormales, hipertonía (tensión exagerada del tono muscular) y alteraciones del sueño. Durante el primer año de vida son frecuentes los trastornos de coordinación motora y altos niveles de actividad, además de poco auto-control.

Alcohol: Se registra desde un ligero a grave retraso mental, distracción, falta de concentración, retraso al hablar, problemas para oír o ver, problemas al relacionarse con otras personas y en controlar su comportamiento.

Tabaco: Disminuye los movimientos respiratorios fetales, altera la frecuencia cardiaca y representa un mayor riesgo de parto prematuro y de abortos espontáneos, así como de retardo del crecimiento fetal.