Si empiezas a ser víctima de esta enfermedad, debes tratarla a tiempo para evitar complicaciones que pueden repercutir de forma seria en tu salud y en tu desempeño diario. Estas son sólo algunas recomendaciones:

Reposar. Es mejor descansar uno o dos días, que tener que ausentarte de tus labores porque se complicó la enfermedad.

Tomar mucho líquido, la hidratación es esencial.

Evitar la aspirina (especialmente en adolescentes y niños), pueden ser contraproducente

Evitar el consumo de tabaco y alcohol

Evitar los antibióticos, a menos que sean necesarios para tratar otra enfermedad

En caso de que no te hayas atendido a tiempo, o que, por alguna razón sientas que se complica, no dudes ni un segundo en acudir con tu médico, quizá necesites un tratamiento de antivirales o, incluso, antibióticos (únicamente si el médico lo considera necesario).

No dejes que, lo que puede parecer una simple gripe, se convierta en algo más serio. No olvides que ¡tu salud es lo más importante!