El chinche de cama podría ser tan peligroso como su siniestro primo, el triatomino o “chirimacha”, como se le conoce en Perú. Un nuevo estudio de a Univesidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y de la Universidad de Pensilvania (UPenn) demostró que los chinches de cama, al igual que los triatominos, pueden transmitir el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad de Chagas, una enfermedad que afecta de 6 a 8 millones en todo el mundo, principalmente en América Latina, y mata alrededor de 50,000 personas al año.

El papel de los insectos triatominos hematófagos como vectores de la enfermedad de Chagas ha sido largamente reconocido. Los triatominos infectados transmiten el parásito a las personas no a través de su picadura, sino a través de las heces, que son depositadas en su hospedero mientras duerme, a menudo después de la alimentarse cerca de la boca, por lo que también se les conoce como chinches besucones.

Hasta ahora, los chinches de cama se han considerado solo molestias libres de enfermedades. Sin embargo, este estudio, liderado por los investigadores Michael Z. Levy, de UPenn, Renzo Salazar y Ricardo Castillo de la UPCH, demuestra mediante una serie de experimentos que existe transmisión de T. cruzi de ratones infectados a chinches de cama y también de chinches de cama infectados a ratones sanos.

En el primer experimento realizado en el Centro de Investigación de Enfermedades Zoonóticas en Arequipa, Perú (UPCH/UPenn), los investigadores expusieron a 10 ratones infectados con el parásito de Chagas a 20 chinches infectadas cada tres días durante un mes. De alrededor de 2,000 chinches utilizados en el experimento, la mayoría adquirió T. cruzi después de alimentarse de los ratones infectados. En otro experimento para probar la transmisión del chinche al ratón, encontraron que 9 de cada 12 (75 por ciento) ratones adquirieron el parásito después de que cada uno vivió por 30 días con 20 chinches infectados. Varios ratones ingirieron chinches infectados, así que parte de la transmisión pudo ser oral. Para probar la transmisión a través de la piel, los investigadores colocaron heces de chinches infectados con el parásito sobre la piel de un grupo de ratones. En este tercer experimento 6 de 10 ratones se infectaron con el parásito.

“Nuestro trabajo demuestra por primera vez que las chinches de cama pueden transmitir el parásito cuando sus heces están en contacto con la piel dañada, la ruta por la cual los seres humanos se infectan por lo general”, mencionó Ricardo Castillo, coautor e investigador postdoctoral de la UPCH y UPenn.

“Nuestro próximo paso es determinar si tienen o llegarán a tener un rol importante en la epidemiología de la enfermedad de Chagas. Hay que enfatizar que el estudio no demuestra que los chinches de cama estén transmitiendo T. cruzi a los humanos.”, dijo Levy. “Pero hay algunas razones para preocuparse – en algunas partes del mundo los chinches de cama tienen un contacto más frecuente con personas que los chinches besucones, y hay más de ellos en casas infestadas, dándoles amplia oportunidad para transmitir el parásito” finalizó el especialista.