No hay pruebas científicas de que la exposición a campos electromagnéticos, como el que generan los teléfonos celulares u otros dispositivos de transmisión, tengan algún efecto adverso sobre la salud. Al menos así lo asegura un exhaustivo informe presentado por una Comisón de Expertos del Instituto de Salud Pública de Noruega, que, lo más seguro, no pondrá fin a este continuo debate.

La Comisión ha evaluado los posibles riesgos para la salud de los campos electromagnéticos de los celulares, teléfonos inalámbricos y redes wi-fi, y otros equipos de comunicación. Los expertos han valorado la potencia de los campos electromagnéticos, si representan o no un riesgo para la salud, la legislación actual y si hay o no una exposición a los valores límites de exposición.

Algunos estudios han sugerido que en algunas ocasiones, se puede producir un calentamiento perjudicial del tejido, aunque no se han observado efectos adversos para la salud a este nivel.

De hecho, los valores límite permitidos son 50 veces más bajos de los que producirían el calentamiento de tejido humano o la estimulación de las células nerviosas.

La investigación considera que, dado que no existen problemas sobre los riesgos de los campos electromagnéticos, bastaría con una cautela general. Por ejemplo, creen recomendable que se informe sobre los kits manos libres con el fin de reducir la exposición a los teléfonos móviles.

Fuente: Abc.es