Da la impresión de que, como dice la canción, el azúcar puede realmente ayudar a tragar la medicina: hay estudios que sugieren que unas dulces gotitas pueden reconfortar a los bebés en el momento de la inyección.

Este grupo revisó 14 investigaciones basadas en más de 1.500 infantes que acudieron a sus inmunizaciones rutinarias infantiles o a un análisis de sangre por medio de un pinchazo en el talón.

Los bebés a los que se les dio una solución azucarada cuando se les iba a aplicar la inyección lloraron mucho menos que los que recibieron agua.

Mientras que el azúcar puede calmarlos, no está claro si también alivia el dolor. Según los expertos, hacen falta más investigaciones para explorar este último aspecto.

Un pequeño estudio publicado hace algunos años en la revista médica británica The Lancet observó las respuestas de 44 infantes a los que se les dio azúcar o agua antes de un pinchazo en el talón para una prueba de sangre.

El azúcar no parecía hacer diferencia alguna con respecto al dolor: todos los bebés hicieron muecas similares y tuvieron una actividad eléctrica comparable, medida con lecturas electroencefalográficas en las áreas del cerebro que procesan el dolor.

Fuente: BBC