Todos sabemos que algunas veces el cáncer, suele afectar a nuestros huesos y suele conocerse como cáncer de huesos secundario.

Sin embargo, existe un tipo de cáncer de huesos que muchos de nosotros no conocíamos, cáncer óseo primario , es decir, un tumor que se origina directamente en el mismo hueso.

Cabe destacar que cuando es descubierto a tiempo, el paciente tiene una gran probabilidad de sobrevivir. Además, es uno de los pocos tipos de cáncer que nos da pistas de su presencia.

1.- Dolor muy focalizado

Hay días en que las rodillas nos duelen más de lo habitual. Lo relacionamos con simple cansancio, con ese desgaste que día a día nos está molestando más y que intentamos aliviar con los antiinflamatorios. Ahora bien, el tipo de dolor asociado a un cáncer óseo primario, es más punzante.

2.- Hipersensibilidad

Al dolor centrado en esa parte de nuestro cuerpo, se une la característica de no poder soportar el roce de la ropa o incluso tocar con la mano esa zona. El dolor es muy intenso, como una placa ardiente, y difícilmente puede encontrar alivio con la medicación.

3.- Inflamación muy llamativa

Cuando aparece un tumor en el hueso, a medida que crece, va invadiendo esos tejidos que rodean al propio hueso o la articulación. Se produce un engrosamiento muy característico que ya nos va a poner en alerta. No es una simple inflamación, es decir, cuando lo toques lo notarás mucho más denso que la clásica hinchazón por la artritis.

4.- Fiebre

La inflamación, la acumulación de este tejido producido por el tumor, suele cursar casi siempre con fiebre.

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Fuente: mejorconsalud.com