El nutricionista del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAN) del Instituto Nacional de Salud, Luis Aguilar, sostuvo que si bien una vez procesada, la papa mantiene sus valores energéticos, la carga adicional de aditivos como preservantes, saborizantes, grasas y sodio hacen que su consumo frecuente no sea tan saludable.

Indicó que el cuestionamiento a los productos comestibles altamente procesados son aquellos adicionales que, si se consumen de manera permanente en el tiempo, pueden generar enfermedades crónicas no trasmisibles como la hipertensión, colesterol elevado y sobrepeso.

“Todos los seres humanos necesitamos una cantidad de energía para cubrir nuestras necesidades, pero cuando pasamos el límite es donde empiezan los problemas”, remarcó.

El especialista sostuvo que nunca se debe reemplazar el almuerzo con un snack y menos aún complementarlo con una bebida gaseosa.

“Lo más conveniente es organizarse bien en la semana para tener el tiempo suficiente de preparar un refrigerio o una lonchera adecuada para llevar al trabajo o al colegio”, indicó.

Advirtió que algunos productos de ese tipo pueden ser publicitados aludiendo a su contenido de nutrientes como las proteínas del maíz o del queso si es que las contienen, pero sus fabricantes no dirán que está cargado de sal o de colorantes y que tiene gran cantidad de grasa.

“Lo más alarmante dijo, es que antes estos productos eran vistos como bocaditos servidos ocasionalmente, pero ahora su consumo es habitual y casi diario, y muchas veces hacen las veces de una comida, lo cual no es una costumbre saludable”, alertó finalmente.

Fuente: Andina