Javier Pujols, codirector del Instituto de Sexología de Barcelona, afirmó que se desconoce la prevalencia del comportamiento sexual compulsivo, ya que, a diferencia de otras adicciones que “pueden tratarse en centros públicos o privados, en el caso de sexo-adicción contamos con un abordaje público, de ahí la dificultad para contar con estadísticas”.

El especialista considera que Internet ha complicado las cosas, ya que además de existir una gran cantidad de información pornográfica en la red, la posibilidad de tener sexo con desconocidos aumenta formidablemente.

La solución no es la prohibición, ya que como a “una persona bulímica no la puedes tratar diciendo que nunca más vuelva a comer, un sexo adicto tampoco tiene que vivir sin sexo el resto de su vida.

Se trata de que aprendan a llevar una vida sexual sana y placentera, que reaprendan su conducta sexual, fomente su autoestima y adquiera habilidades para el autocontrol, informó Pujols.

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