Hoy quiero compartirte información que será de tu interés. En este contexto mundialista, hay un factor que guarda mucha relación con los triunfos y derrotas que se dan estas competencias deportivas; se trata de la preparación mental. Y es que el real sustento del éxito de un atleta de élite radica en la mente. Las competencias de alto rendimiento no son un juego de niños, y los deportistas están conscientes. Saben que son considerados como héroes en cuyas manos recae salvaguardar el honor de su equipo. Esto genera mucha presión sobre sus cabezas. Además está la expectación de los aficionados, los abucheos de sus adversarios, o el temor a lesionarse también genera presión, a tal punto, que muchos en la historia del deporte han cometido trampas para satisfacer tales demandas. La única manera de alcanzar la excelencia es con entrenamiento mental.

El entrenamiento mental para deportistas de élite es una práctica extendida por todo el mundo, equipos de fútbol como de las representaciones europeas tienen un departamento de psicología, cuyos profesionales trabajan a la par de los entrenadores físicos; quienes trabajan un conjunto de técnicas (visualización, meditación, control emocional) pensadas en fortalecer las habilidades psicológicas del deportista, a fin superar los obstáculos que impidan su buen performance. El entrenamiento mental sirve para vencer la presión de un marcador en contra o una falla táctica, para asimilar nuevas técnicas y optimizar el entrenamiento.

Al respecto, hay casos emblemáticos de fortaleza mental de deportistas, que han superado momentos desagradables o de presión o se han sentido inermes ante estas, como por ejemplo: el futbolista Dani Alvés, que supo enfrentar con éxito la agresión racista de un hincha y voltearlo a su favor; Ronaldo en el mundial del 98 y posteriormente en el siguiente (convulsionó por presión en el primero, y fue uno de los mejores en el siguiente mundial, gracias a que se trabajó más su capacidad mental); o el tenista André Agassi, quien se dice que en sus inicios era muy temperamental, tenía pobre control emocional y baja tolerancia a la frustración, características que fueron tratadas por su psicólogo hasta conseguir un buen manejo de sus emociones, convirtiéndose en uno de sus puntos más fuertes.