Los animales muchas veces dan a los humanos grandes lecciones que nunca podrán olvidar, esto lo aprendió Felice Caputo, el dueño de Kolima, un perro que había nacido con un problema llamado síndrome de wobbler, el cual afectaba su columna y evitaba que corriera o hiciera otras actividades al igual que los otros perros.
Es así que las dificultados y las ganas de jugar del perro fueron vistos por Paolo, el travieso burro de 6 años de Felice. “Cuando se conocieron, al inicio parecía que no se llevarían bien, pero luego de unos minutos intensos, Paolo se dio cuenta de los problemas de Kolima y empezó a jugar con él, desde ese momento, cada vez que se juntan, ese es el único instante en el que el perro puede jugar con alguien,“escribió Caputo en su cuenta de Facebook.
Desde ese momento ambos se han convertido en los mejores amigos, juegan y se divierten sin parar. Para poder comprobarlo, a continuación le mostraremos un video que Felice Caputo compartió en su cuenta de Facebook.
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