Ingredientes:

- 2 pechugas de pollo sin piel, cortadas en trozos

- 1 cda de fécula de maíz

- 2 cdtas de aceite de sésamo

- 4 cebollas de verdeo, cortadas

- 2 dientes de ajo grandes, picados

-1 o 2 cdtas de jengibre fresco, rallado

-1 cdta de ají rojo disecado (utiliza menos si no lo quieres demasiado picante)

- 3 cdas de vinagre de arroz

- 2 cdas de salsa de soja

- 1 o 2 cdtas de azúcar

- 1/2 taza de maní tostado

- Arroz blanco cocinado (aparte del que utilices como guarnición)

Preparación:

Cocina el arroz y resérvalo. Seguidamente, combina en un bol el pollo y la fécula de maíz. Revuélvelo hasta que notes que el pollo está bien sazonado con la fécula.

En otro tazón, mezcla el vinagre, la salsa de soja y déjalo reposar por unos minutos.

Por otro lado, calienta en una sartén grande o un wok un poco de aceite sésamo a fuego medio. Cuando veas que el aceite esté bien caliente, echa el pollo y déjalo saltear por un tiempo de cinco minutos o hasta que notes que no está crudo. Ahora remueve el pollo.

En la sartén que dejaste de usar coloca el ajo, el jengibre, el pimiento y un poco de verdeo. Luego, añade salsa de soja, vinagre, azúcar, el pollo cocinado y el maní. La salsa de maní debe que cubrir el pollo y así lo llevamos a calentar.

Sírvelo con una buena cantidad arroz y cúbrelo con lo que quedó de la cebolla de verdeo.