Según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), unos 842 millones de personas padecen hambre crónica, la mayoría en África subsahariana y alrededor de 15,7 millones en países desarrollados. El huevo, el alimento más completo que existe, se plantea como una de las soluciones.

Así lo ha hecho la Comisión Internacional del Huevo (IEC por sus siglas en inglés), que se ha aliado con la FAO para promover la producción de huevos en nueve países subsaharianos y dedica este décimo octavo Día Internacional del Huevo a promover sus bondades y presentarlo como “ayuda para prevenir el hambre”, ha dicho su director general, Julian Madeley.

“Son una fuente excelente de proteína de alta calidad, contienen las vitaminas y los minerales necesarios en toda dieta saludable y son un alimento asequible”, añade Madeley. Además, según la IEC, la producción de huevos tiene “una huella de carbono muy baja comparada con la de carne de vaca y cerdo”.

Consciente de su responsabilidad, el sector empresarial del huevo dona más de 50 millones de esta “píldora vitamínica de la naturaleza” a bancos de alimentos, escuelas y hospitales, y colabora con países en vías de desarrollo para ayudarles a establecer su propio suministro sostenible.

Desmentida con estudios científicos su influencia en el aumento del colesterol, se recomienda comer un huevo al día en una dieta sana y equilibrada. No es difícil teniendo en cuenta su versatilidad, ya que se emplea en recetas dulces y saladas.

Para promover su consumo, el IEC impulsa el Día Internacional del Huevo el segundo viernes de octubre desde 1996 con la organización de concursos, demostraciones culinarias, festivales, ediciones de libros y jornadas infantiles, entre otras actividades.

También participan restaurantes, que ofrecen platos especiales con este alimento como protagonista. Y es que este, en principio, humilde ingrediente, reivindica su espacio desde la alta cocina, como la famosa e imitada tortilla deconstruida de Ferran Adrià, a los fogones más modestos.

Fuente: EFE